jueves, 5 de marzo de 2020

Arkham Horror LCG: El camino a Carcosa


El camino a carcosa







Espíritus africanos.

Hace un año que visité Nigeria, fue muy difícil convencer al gobierno del país africano que nos dejaran ayudarles en la protección de sus antigüedades y reliquias, las cuales seguían siendo saqueadas y vendidas en el mercado negro. Aunque la mayoría se encontraba en manos de alemanes o algún coleccionista sin escrúpulos.






Los primeros días fueron un infierno: varios integrantes de la expedición contrajimos una enfermedad, la cual cobró la vida de algunos de mis mas queridos colegas y amigos. Me encontraba devastada y me sentía sola.

Fue cuando por primera ocasión sentí el poder de ciertos objetos que había recuperado: en una bola de cristal podía observar imágenes, formas y una extraña creatura; pude reconocer que eran parte de mis sueños y alucinaciones que experimenté durante la enfermedad.




Mi mente analítica estaba convencida que la experiencia no era real, sino parte del virus que me infectó; incluso cuando, días después de estar recuperada, algunas de las otras reliquias seguían teniendo “comportamientos extraños”; fue hasta que llegamos a la villa de Dibia y conocí a la gran shaman Akachi Onyele y los espíritus de sus ancestros, literalmente, que empecé a entender el poder que ciertas antigüedades tienen.
Formé un lazo con Akachi logrando recuperar más de estos objetos de poder, ella tiene algunos meses en Estados Unidos y esta convencida de que algo raro esta sucediendo o va a suceder en Arkham, basada en las advertencias de sus espíritus ancestrales, específicamente en el teatro de la ciudad que presenta: El Rey en Amarillo. Bastante burdo el título, para mi gusto, no veo como una obra de teatro puede ser importante para unos antiguos espíritus africanos; sin embargo, tenemos boletos para la función de hoy por la noche.





NOTA:
Al escribir el nombre de la obra en el diario pude notar como unos símbolos se empezaron a escribir por si mismos en las últimas páginas. Tengo que descifrar su significado.

Ya nada me sorprende.
En voz alta, me digo a mi misma, mientras observo un viejo espejo de mano:
“Ursula; conserva la calma”
Momentos después escucho, en mi mente, una melodía que me tranquiliza.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Los tres eruditos Parte 2: Enanos


Kilrak: Poderoso bastión
El lobo se mueve con sigilo a pesar de sus casi tres metros de largo, sin contar la cola, y sus 40Kg. A pesar de ser denominado como un "lobo", el antiguo maestro Lissam, quien dedicó su vida al estudio y clasificación de los seres vivos, lo catalogó dentro de los "grandes gatos": por su agilidad, su mandíbula, sus garras y su características rayas encima de sus cuartos traseros.

Está al acecho, puede ver a sus presas, las ha estado siguiendo casi desde que entraron al bosque de piedra, sabe que hay más; pero las dos mujeres enanas están alejadas del fuego. Flexiona la parte delantera de su cuerpo, se prepara para atacar, en cuestión de segundos el depredador se convierte en presa: una red lo atrapa justo en el momento que salta. Tiene la fuerza suficiente para romperla, siente punzadas de dolor en el cuerpo, poco a poco, su fuerza lo abandona, ya no hay nada que pueda hacer.

Falring Kilrak sentía mucha ansiedad por usar a su esposa y su hija menor como carnada, más el plan resultó a la perfección, tanto que tenían carne para la cena y tal vez para el día siguiente. Bien sabía que la travesía por el bosque de piedra no iba  a ser sencilla, las leyendas dicen que quien entra en el bosque jamás sale; pero los minotauros se habían vuelto “locos” estaban matando a los jóvenes de todas las razas y esto no era leyenda alguna, el bosque es la única oportunidad; así de desesperada es la situación.

Hace más de 50 años que perdieron a uno de sus hijos, el dolor hace que parezca mucho menos tiempo, ahora era seguro que perderían a sus otros dos varones, aún cuando el mayor de ellos tiene 109 años, tan sólo uno más para alcanzar la edad media y dejar de ser un muchacho. “No hay forma de negociar con los minotauros” le decían los viajeros. Ellos nunca antes han visto a uno, su pueblo es pequeño y no dentro de una ruta comercial importante, pero las leyes, la economía, el mundo gira en torno a ellos.

Su única esperanza era llegar a la cuidad de la mina de hierro. Allí tal vez los sacerdotes, los venerables enanos o simplemente la seguridad de las puertas de la ciudad puedan ayudarlos. No podían arriesgarse a ir por algún camino, puños de minotauros los patrullan, por eso se encuentran en este bosque. El suelo está cubierto con piedras de todos tamaños, formas, tipos, colores; es complicado armar un campamento o dormir en este sitio, hay quienes creen que son los restos de una antigua ciudad humana que fue “devorada” por los árboles, otros que aquí cayo un de las legendarias ciudades voladoras de los hechiceros elfos. En realidad este bosque era el sitio de apareamiento de basiliscos, reptiles que  transforman en piedra a sus presas, luego las devoran.
Salen del bosque poco antes de que alguna de las lunas aparezca en el firmamento al morir el cuarto día de viaje. Los seres terrestres no acostumbran a ver hacia arriba, menos un enano que, como dice el refrán “Tienen los pies muy pegados al suelo, y la cabeza también”; de haber volteado tal vez hubieran visto varias gárgolas dándose un festín en la copa de los árboles de uno de los pocos basiliscos que quedan en el bosque y el puño de minotauros que hacían guardia de este lado.
Lo que sí logran ver es el principio del los caminos ascendentes en las montañas, no toman el principal, entran en una cueva que los conduce al camino “viejo” éste hace un rodeo para desembocar en la entrada Este de la ciudad, la entrada lateral.

El asenso por la mañana resulta mucho más difícil de lo que esperaban, ya se encuentran en la parte alta del camino, de aquí casi todo es cuesta abajo. Ninguno de ellos habría imaginado lo que les esperaba, de frente una estructura impresionante como “moldeada” en la cara de la montaña, tan grande como la montaña misma, desde su posición pueden ver a varios el camino principal, hecho de mármol azulado que desembocaba en una enorme puerta de hierro, al costado derecho se encuentra la puerta del Este, está cerrada, hay afuera carretas, animales, pequeñas casas y comercios desiertos. Lo que más sorprendió a Falring fue la cantidad de tropas minotauro que se encontraba frente a la puerta, era impresionante e imposible que alguien pudiera sobrevivir a este ejercito de monstruos. “Este no es un sitio seguro, debemos regresar al bosque” – pensaba. Un grito lo saco de su estupor, pudo ver a su hijo Bolrid, el menor, caer por el borde del camino; su hija mayor intentó detenerlo pero perdió el equilibrio, él todavía reaccionó para tomarla del brazo; pero sucumbió.

La caída le pareció eterna, por fin dejo de rodar, sentía todo el cuerpo adolorido y ardido Una voz gruesa le decía “toma mi mano”, poco a poco su vista se fue aclarando, para ver con horror que un minotauro le tendía su mano. “Yo no hablo minotauro ¿Por qué le entiendo?” – “Déjame ayudarte” -- le dice él en perfecto enano. Confundido, aterrado, recuerda a su familia. Su hija le dice “No te preocupes, da, él nos ayudó” señalando al “monstruoso” ser. Tan grande que su hijo de mayor estatura apenas y rebasaba su cintura.

“Vamos debemos entrar antes de que sea tarde” – Dice el minotauro. Se encontraban en la fosa para entrar a la ciudad, apestaba de lo peor, él los conduce debajo de la puerta del Este hasta un “ducto” del cual muy pocos seres tienen conocimiento, todos entran tras sin replicar, tal vez por buscar la ficticia  seguridad de la ciudad o por no desobedecer.

El túnel es lo suficientemente grande para que el minotauro pueda caminar, esto causa preocupación pues entonces es una perfecta forma de asaltar la fortaleza por parte del ejército que está afuera. Falring lamenta el haber venido. Algo se apodera de su ser, no le gusta sentirse amenazado o con miedo, el perder a sus hijos, el usar a su esposa, el minotauro, todo. Saca una especie de mazo de una de las mochilas y metódicamente empieza a golpear el túnel, le ordena a Falgur, su hijo mayor que le ayude. “Listo” – comenta más para sí mismo que para alguien más pero su hijo se detiene, guardan las cosas y continúan la marcha. Detrás de ellos el túnel colapsa. El minotauro se sorprende de la habilidad mostrada por el maestro enano.

Por fin llegan al final del ducto, se encuentran con una gran puerta metálica en forma circular, pareciera como el tapón de una botella. Falring una vez más siente horror, cuán harto está de este sentimiento, pero más siente el ser culpable de haberlos dejado sin salida. Le explica al minotauro que no entiende el apuro en que están, de la consistencia de la puerta, del diseño de seguridad y de la precaria situación en que se encuentran. Antes de terminar Falring siente el agua en sus pies.

Glanard: Guardian Olvidado
Thorral Glanard es la tercera generación de su casa. Su abuela fue la primera en portar el escudo, un verdadero honor para cualquier adivinador, guardar las visiones de la más grande hechicera del mundo; o de menos la más conocida pues la época de la magia ahora se encuentra en el olvido.
Termina su rezo, hace un ademán con la mano izquierda que termina en el centro de su pecho, señal de que ha recibido la bendición de su dios. Toma asiento frente a una especie de altar: Una mesa rectangular sobre la cual hay seis velas, tres a cada lado de un magnífico tazón grabado con símbolos enanos que contiene agua. Se concentra, toma conciencia de su respiración, de su ser, hace comunión con los espíritus de sus ancestros y con su dios. El agua se enturbia, aparecen imágenes en su superficie, su rezo ha sido escuchado.

Sólo los enanos y los minotauros son capaces de conectarse con sus dioses, hay quienes creen que los dioses a los que otras razas profesan han desaparecido, la idea del fallecimiento de un dios parece inconcebible; sin embargo, sólo los enanos usan la adivinación, los minotauros la consideran una "perversión" que viene de los hechiceros.

Las visiones que Thorral ve rara vez son claras, no tienen la pericia de un hechicero, aunque le gusta pensar que dios tiene una forma particular de transmitir sus designios. En esta ocasión el mensaje es abrumadoramente claro, puede observar a un grupo poco común: Un familia de enanos guiados por un minotauro se encuentran en un antiguo ducto de la ciudad, éste durante años fue un túnel de escape, luego una forma de desechar desperdicios actualmente se encuentra abandonado, sellado por una gran puerta de Mitril,  magistralmente hecha por los maestros enanos tanto ei diseño como en el metal plata que la constituye que es el tercer material más resistente del planeta, la hacen materialmente impenetrable. El túnel a la fecha es simplemente una trampa mortal para aquel que entre en época de lluvia.

La visión termina. Como todas las veces que hace una adivinación las velas se encuentran fundidas, el agua turbia y él exhausto; pero no puede descansar pues tiene la obligación de documentar la visión para analizarla. A pesar de la claridad de la misma no hay forma de determinar cuando ocurre si esto es una visión del pasado, del presente o del futuro, casi no pudo ver el túnel sólo lo identifico como en los sueños que sabes exactamente en dónde te encuentras. Aunque el sitio al lugar no le preocupa pues confía mucho en la puerta principal y las defensas de la ciudad, debe apurarse debido a que se avecina una tormenta y hay que tomar las medidas necesarias. ¿Cómo lo sabe? Un simple dolor de huesos pero prefiere hacer creer a todos que lo “adivinó”; al menos el ejercito minotauro tendrá que refugiarse.

Se concentra en escribir. Ésta es una excelente técnica para dilucidar las visiones, en ocasiones mientras va narrando lo que observa se da cuenta de otras cosas que de momento pasó por alto, en esta ocasión no es lo que vio lo que le sorprende sino lo que escuchó: Una especie de tonada que el describiría en sus maravillosa.

Bolrid:  Artesano Oculto
Es el menor del clan Kilrak y el único que aún no puede portar con orgullo el apellido pues por más que intenta no logra aprender el arte de su padre, de su abuelo de sus ancestros. Hasta su hermana ya ha mostrado la pericia del clan para la construcción; identifica correctamente metales, piedras y las herramientas del oficio. Para él todo es similar.

Observa con gran admiración a su padre ordenando a su hermano mayor en dónde golpear al túnel, los dos parecen una máquina bien aceitada que golpea con precisión. Mira sólo los primeros golpes pues poco a poco cierra los ojos, su vista no es su mejor sentido el oído y sus propias sensaciones lo son: escucha cada golpe y puede sentir la vibración comprende perfectamente lo que el golpe, por muy poca fuerza que lleve le hace a la estructura, puede “ver” las vibraciones en la misma y de 
antemano sabe el resultado de todo, sabe que pronto el túnel va a ceder.

El estruendo provocado por el colapso lo regresa a la realidad, su padre voltea el rostro cuando él abre los ojos, sabe que siempre lo ha visto de forma extraña, sabe que está decepcionado. Como si su padre escuchara su pensar éste le dice “No Bolrid, no te preocupes, ya aprenderás el oficio a mi me costó mucho tiempo”. Por una parte le llena de calidez la sonrisa en el rostro de su padre, sabe lo mucho que le cuesta sonreír desde el fallecimiento de su hermano y más en la situación que se encuentran. La sensación no dura mucho. ¿Cómo decirle a su padre que no le interesa el oficio familiar? Simplemente no puede hacerlo, sería romperle una vez más el corazón y es algo que nunca hará.

Llegan por fin al final del túnel, ya casi no puede consigo mismo, no está seguro si el dolor del cuerpo es por la caída, por todo el trayecto o su misma mente que le urge ya a descansar y tomar un baño caliente. Es el último en llegar, ve sin realmente observar una puerta metálica, ve el rostro como desencajado de su padre y al minotauro asestar un golpe a la puerta con un bastón enorme. Comprende perfectamente el golpe hace un eco en la caverna pero el sonido se queda encerrado. ¿Qué puede ser peor que morir encerrados? Como si de una burla de dios se tratara puede sentir y escuchar que el ducto se inunda. Una ola de pánico lo inunda, no sabe cuánto tiempo tiene, pero son enanos la estatura hace que el tiempo menor de lo normal y la complexión no ayuda mucho para mantenerse a flote.

Por un momento duda, pero a ver que su madre abraza a su hermana, lo llena una sensación de valor, de confianza que no había experimentado antes, busca dentro de las bolsas un instrumento, una especie de arco pequeño hecho de metal con una cuerda especial que podría cortar hueso. Con la mano salpica un poco de agua en la cuerda, sólo unas gotas, se acerca a la puerta de metal, observa lo magnífica que es, siente algo de desesperación al observar que es completamente lisa…se equivoca allá en lo alto hay un pequeño borde, tal vez perno o algo así, de eso no entiende pero le servirá. Le pide al minotauro que lo cargue. Esta nervioso, es impresionante este ser, la fortaleza de sus hombros, su cornamenta, pero más que eso por lo que está a punto de revelarle a su familia.
Toma aire, cierra los ojos y empieza lentamente a frotar el instrumento contra la saliente de la puerta. Poco a poco la puerta vibra, las vibraciones empiezan a correr por las paredes de la caverna y se escucha muy levemente música. El resto del clan Kilrak está impresionado, el minotauro maravillado. Están presenciando, escuchando una técnica enana muy antigua, casi olvidada. En la antigüedad el grado de maestro constructor no era el máximo existía uno más: Artista constructor, era dado sólo a aquellos que entendían de acústica y vibraciones. La ciudad entera era una obra de arte en sí misma: las vibraciones empezaban a inundar toda la estructura, toda la ciudad se empezó a paralizar, por miedo pues se escuchaba en todas partes esta misteriosa música que, aunque maravillosa, no podían entender de dónde provenía.

Ya no podía más, el trance había pasado, sabía perfectamente lo que logró ahora era tiempo de esperar, su familia se toda encima del minotauro que, a pesar de estar recargado en la puerta, mostraba una fuerza sorprendente. Más les sorprendió el saber que no era de los más fuertes de su raza, que en realidad era un erudito y no un soldado. Bolrid pidió a dios no encontrar nunca a uno, luego reflexionó que tal vez ya no vería nada, el agua ya estaba a la cintura del “no tan fuerte minotauro” que mantenía a flote a todo el clan con sus brazos, más el bastón, más su mochila que insistía no podía mojarse.

“Ya no aguanto” dice con una especie de suspiro y bajó los brazos al tiempo que la puerta se abre y el ducto se drena completamente. Pueden ver a un enano que lleva una túnica que parece demasiado pesada para que la soporte, lo primero que dice es “te esperaba hermano” refiriéndose al minotauro luego agrega “disculpen la tardanza pero no encontrábamos la llave”




lunes, 16 de abril de 2012

Los tres eruditos Parte 1: Minotauros

La Triada
Emuki Teskos es el shogun, el comandante del ejercito minotauro, él sólo responde a la triada de sumos sacerdotes de la fé. Podría decir que sólo responde directamene a su dios, observa la imágen cornuda y coronada por un disco solar, baja la cabeza en señal de verguenza y entierra la daga en su costado.

"El dolor físico es nada comparado con el dolor del fracaso" -- solía decir su sensei. Hoy siente ese dolor, no es merecedor del nombre que su maestro le otorgara, Emuki. Hace girar la daga, su visión se nubla, su rodilla derecha parece ceder ante sus 340kg. Recobra la compostura; yo soy Emuki Teskos, piensa, el ser más poderoso en todo Daimon y se yergue, a pesar del dolor.

Siente una mano en su costado, el dolor poco a poco se desvance, al igual que la sangre. No existen muchos sanadores en el mundo, las plegarías de curación son respondidas a pocos; es una de las razones por las que Ayori pertenece a la triada. El shogún  esperaba a los sacerdotes, "¿Cuánto tiempo llevan aquí?"; no le sorprendió oir que el venerable Hayakon respondiera a su pensamiento:"Suficiente para ver y escuchar todo", había una nota de agresión en la voz. Makin intervino  "El orgullo, la fuerza y el honor son cualidades nobles; pero recuerda Teskos, que también son pecados al llevarse al extremo y no ser humilde ante dios".

El rostro del shogún estaba encendido: Uno le quita su dolor, el otro lo amenaza y el tercero, un tonto de tan sólo 30 años le falta al respeto al nombrarle solamente con su nombre de nacimiento. Cualquier otro ser, hasta un gigante, lo pensaría dos veces antes de enfurecer a un minotauro como éste: con mayor masa muscular que la norma y con poco más de 3 m de estatura sin contar la cornamenta; versado en el combate cuerpo a cuerpo, con armas y la estrategia militar; es simplemente un oponente formidable. Resultaría impresionante para dichos seres ver como cierra los ojos, se traga su enfado y se arrodilla ante la triada.

"He fracasado" - dice con gran pesar en su voz - "no logramos encontrar al elegido. Según sus indicaciones, cazamos a los jovenes de toda raza inferior desde el día que parte del desierto negro se congeló. Hace cuatro días el desierto regreso a la normalidad y estamos restaurando el orden que la campaña de 15 meses ha desestabilizado, las tropas enviadas al pico norte con los nómadas humanos y el brazo que se mandó a la ciudad enanan, ya regresan a sus puestos"

"Es por eso shógun que no puede ser el ser más poderoso en Daimon" -- la voz de Makin le hace hervir la sangre más no mueve un sólo músculo -- "el hecho de que el fenómeno deje de existir no quiere decir que el elegido también. Regrese a las tropas de inmediato a terminar el trabajo y mande todo un brazo a las islas Rinn. Tome las medidas necesarias para asegurar que ningun joven de ninguna raza sobreviva."
"Querrá decir ninguna raza inferior, su gracia" - responde apretando un poco los dientes -- "Usted oyó correctamente, incluya también a los jovenes minotauros."

Las tres escuelas

Todas las razas tienen algo en común. Los maestros. Un maestro se encarga de un cierto grupo de estudiantes, pupilos, allegados según la tradición de la raza o del objeto de estudio. Los historiadores no se ponen de acuerdo desde donde inicia dicha tradición, al parecer, para enfado de los minotauros, se debe a los enanos, quienes mediante el convivio con otras razas aprendieron esta forma de enseñar de los saurios y la trasmitieron a las demás. Las únicas fallas en esta teoría son, por un lado enemistad jurada de los enanos con los gigantes, aunque resulta interesante que ambos usen el mismo término para sus maestros: Sabios. Por otro, que la escuela de historiadores minotaura nunca reconocerá esto.

En Exor están las tres grandes casas de las tres más importantes escuelas minotauras: Escuela de la espada; escuela del ayer (los historiadores) y la escuela de fé. Las dos primeras dependen directamente de la última. La triada controla el "magnífico" ejercito y todos los adjetivos, hechos, hazañas que su pueblo debe saber acerca del mismo ejército, su "gran" imperio, las razas "inferiores"; en resumen de "su" mundo. Cierto es que la historia la escriben los vencedores; más aún, los vencedores, al menos sus líderes, son los únicos que deben conocer los hechos "reales" o al menos los más apegados a la realidad.

Así la fé tiene un sitio seguro para todos aquellos pergaminos, libros, registros, runas, objetos; toda la verdad encerrada dentro de un edificio de mármol justo debajo del gran circulo solar, lugar en donde los sacerdotes se reunen para comulgar con su dios. A cada costado de este centro de poder, se encuentran la casa de de la espada, a su izquierda, y la casa del ayer, a su derecha.

En la bóveda, como se le conoce, se hallan las 12 runas proféticas, las advertencias creadas por la pagana hechicera elfa; no sólo el hecho de que el "desierto se congelara" fue lo que despertó el temor en los integrantes de la casta líder minotaura, sino que la primer runa comenzó a brillar, expide un calor que abraza y está flotando.

Juvab Heku daría lo que fuera por ver dicho evento; pero aún no tiene el honor de usar su nombre de historiador primero y mucho menos entrar en la bóveda, además tiene una misión mucho más importante. Dentro de la escuela existe un grupo un tanto subersivo, podría decirse, que persigen la verdad, su sensei les hizo jurar, a él y sus dos hermanos historiadores, que perseguirían la verdad a pesar de todo; claro que es parte del lema de la escuela; más su maestro lo lleva grabado en su ser.

Juvab sabe que debe actuar de prisa, los sacerdotes pueden leer la mente y ver las decepciones. ¿Entonces cómo es que no han detenido aún a su maestro? El mismo día que los aprendices juran reciben un "token", un distintivo, con su nuevo nombre grabado en él; Heku, en su caso. Puede ser una moneda, una espada en miniatura, cualquier cosa relacionada con la escuela; pero ellos recibieron un pequeño objeto creado del tronco de un antiguo árbol que protege sutilmente contra la magia de detección. No por nada es su sensei erudito principal en el tema de la hechicería.

A pesar de eso  ningún aprendiz, sin importar la casa, puede abandonar la ciudad sin un registro oficial o los debidos salvoconductos; mucho menos si la idea es ir a la ciudad de la mina de hierro. La ciudad enana. Según el maestro la siguiente pieza en la búsqueda del elegido debe estar allí. Observa su equipaje, es demasiado, sabe que no puede dejar los documentos. ¿Cómo convencer a los enanos, a uno sólo de ellos, que no quiero matar al elegido, que estamos defendiendo la verdad?  -- recuerda haber preguntado -- "Lo único es enseñarle esto: " observa un juego de 12 runas como las que creó la pitonisa; solo que ninguna brilla ni flota y espera que no quemen su equipaje.

I: El elegido

Un puñado de minotauros entran en el pequeño poblado. Van a cada una de las casas, sacando por la fuerza a varones de cualquier raza: humanos, enanos, reptiles u orcos; y un desafortunado elfo. Los elfos son una raza en extinción. No existen ya los elfos venerables, los elfos adultos viven en ciudades humanas o son esclavos de los orcos en los desiertos. Sólo existen dos comunidades recluidas en antiguas ciudades dentro de las montañas, ciudades construidas específicamente para un par de gremios mercantiles formados por elfos y enanos, gremios que eran poderosos hace ya unos cuatro mil años.
Dos reptiles saltan sobre uno de los soldados minotauro, aquel que arrastra a su hijo. El soldado es mucho más fuerte y casi del doble de estatura, esta mejor armado y protegido; pero los reptiles son ágiles, muy rápidos, sus garras y dientes encuentran espacios entre la armadura. Los reptiles son adversarios feroces; una mordida precisa corta el tendón de la pierna, el minotauro cae al suelo, en poco tiempo morirá desangrado. El líder del puñado, un minotauro con los cuernos tatuados y una túnica en lugar de armadura, levanta el símbolo de su dios y realiza una plegaria, los dos reptiles son calcinados por un fuego invisible; otro soldado apresa al hijo. Nadie más intenta impedir que se lleven a los jóvenes; aún cuando todos saben que la vida de sus hijos ya no será más, hay otros hijos e hijas a quienes cuidar. En todo el mundo escenas similares o peores ocurren desde hace ya varios días.
Los minotauros son la raza dominante, o como ellos mismos lo denotan, la raza superior. Controlan el comercio, tienen el mayor ejercito y, con excepción de los enanos, es la única raza que puede usar magia divina. Existen sólo un par de ciudades "libres" de los enanos, algunos pueblos bárbaros de humanos en el frío norte, de reptiles en los pantanos, los orcos del desierto y uno de gigantes en la mayor de las islas de Rinn, aún así no pueden evitar ser parte de lo que será conocido como "La matanza del elegido".
Hace mucho tiempo, cuando la alianza comercial entre enanos y elfos aún no existía,tanto tiempo que incluso para los reptiles y los elfos, las dos razas más longevas de Daimon, es historia antigua. Las únicas cosas que han perdurado al paso del tiempo son las épicas batallas libradas por los minotauros en su camino al poder, todo joven minotauro debe conocer la gloria de aquellas batallas. Son 3 las más reconocidas: La del pantano de gusanos, derrotando al gran Rey Saurio, reptil pues no vale la pena angrandecer a los enemigos; la gran batalla de la Cicatriz en la tierra, conquistando una ciudad enanan que se decía imposible y derrotando al ejercito de Magno el general humano y la batalla en el cielo, pocos creen esta historia acerca de hechiceros elfos peleando desde una ciudad flotante. Hay quienes creen más la batalla contra los gigantes; pero por alguna razón, los eruditos prefieren obviarla.
Lo otro que se ha mantenido inmutable después de tantos años son las "12 advertencias".  La git elfíca, Angoldes, creo 12 piedras rúnicas que eran advertencias futuras para todo el mundo. Los minotauros conservan las originales; pero algunos elfos han logrado conservar dichas advertencias de generación en generación, estudiosos de otras razas las conocen; pero nadie podía imaginar que los minotauros creerían tanto en lo que una pitonisa elfica, una abominación ante sus ojos, por ser de una raza inferior y hechicera, predijera:

I: "El elegido vendrá de tierra lejana, cuando el desierto se congele perderá su hogar y verá el horror que hay en el mundo. Tendrá la inocencia y piedad de los infantes; la entereza y experiencia de los adultos, será mas viejo que los primeros más joven que los segundos. Las cenizas de aquellos que fueron injustamente castigados serán el detonante, una lágrima será la llave de su poder. Hechicería y caminantes una vez mas Daimon tendrá. Esta es la primer advertencia, el elegido, será la clave para realmente derrotar al mal"

Una figura encapuchada camina por el centro del pueblo, se arrodilla junto a las cenizas de los dos feroces padres que lucharon por su hijo, una lágrima se desliza por su obscura mejilla, levanta la cara como implorando a un dios por ayuda, sus cabellos dorados y sus verdes ojos poco a poco comienzan a brillar con una luz no natural. Una ola de energía mágica sale del cuerpo de la joven elfa esparciendo las cenizas, tal es la fuerza, que voltea el cadaver del minotauro boca arriba. La elfa no comprende que sucedió, se siente mal haber esparcido las cenizas, cubre nuevamente su rostro y sale del pueblo sin notar la figura esbelta y ágil que la sigue.
A ningún ser le interesará saber si fue un error en la interpretación o una trampa de la misma pitonisa: nadie pensó que el elegido fuera una mujer.
Otro error se debe a que no existe al momento una palabra que denotara "caminante"; pues se perdió todo recuerdo, anécdota o referencia a los muertos vivientes; más aún, el reanimado no camina se arrastra. Pasará todavía un par de ciclos lunares para comprender que hay algo verdaderamente maligno en el bosque.

miércoles, 14 de abril de 2010

Megara

B se encuentra en la costa de Megara. Aquí unos humanoides con facciones de pez y escamas, denominados Ichthian, la atacan. Ella no puede comprender como los dioses permiten que estos seres tengan capacidades chamánicas. Unas horas después descubre un naufragio, lo peor de esto es que los marineros se han convertido en Wraiths y la playa está infestada de otros muertos vivientes y aves enfermas.

Ella aprovecha una parte del barco que se encuentra en la playa como refugio. Come algo y practica con el bastón de su padre y sus artes, logra mejorar un poco su técnica del corazón del hielo. Por supuesto que se siente muy fresca aún expuesta a los rayos del sol, en una playa con una armadura de cuero en el pecho. Tiene sus ventajas el saber comandar los elementos.

Encuentra una cueva en donde habitan hombres pez, estos resultan ser oponentes duros sobre todos los chamanes, quienes pueden curar sus heridas y lanzar fuego. La cueva no es tan grande pero resulta obvia la cautela. Los Ichtian al parecer han tenido una buena racha ya que B encuentra bastantes tesoros, tal vez producto de los naufragios que ahora entiende no son accidentes. Estos seres no le son desconocidos; pero no sabía que provocaran naufragios ni que entrenaran tortugas gigantes para ser sus mascotas. Algo que B descubrió un tanto a su pesar ya que al intentar golpear a una de ellas lo único que logro fue romper su propio bastón. Un poco desesperada, ya que los trozos de hielo parecían rebotar en el caparazón de las tortugas, tomó el bastón de su padre y por primera vez salió un rayo de él. B aprovecho el desconcierto de sus dos oponentes para conjurar su encantamiento de tierra, la combinación fue mortal para las tortugas.

Ella se encontraba feliz de poder usar el bastón de su padre, incluso terminó con otros contrincantes, sobre todo chamanes, usando sólo el bastón. Esto le hizo sentirse muy cansada ya que el esfuerzo fue mayúsculo. Pronto encontró un lugar en donde acomodarse y se quedó dormida. Despertó a las pocas horas sintiéndose mareada, sudando. Realmente tardó mucho en darse cuenta que se estaba muriendo. Mientras dormía unos insectos del tamaño de su mano tejieron una especie de red a sus pies y le inyectaron un veneno que la debilitaba. Con mucho trabajo logro convocar su nube y el encantamiento de tierra, esto la ayudo a matar casi al instante a los insectos y destruir la tela que la sujetaba; sin embargo, combatir el veneno era otra cosa. Para su suerte recordó los ungüentos que la ninfa le había dado, se tomó uno y se desmayó. Despertó casi un medio día después con mucha hambre y sed. No le importó probar los insectos.

Se enfrentó a otro grupo de hombres pez y sus enormes mascotas. Tal vez el encuentro hubiese sido más sencillo de no tener una táctica de combate bastante eficiente sus contrincantes. Nuevamente pensó en la implicación de los dioses para proveer de inteligencia a estos seres.

Por fin divisaba su destino, un grupo de guerreros mataba a unos Ichthian que intentaban ingresar a la ciudad; llegó lo suficientemente a tiempo para impedir que le chamán matara a uno de los guardias. Se encontraba por fin en la ciudad de Megara, ya tendría tiempo para descansar después ahora lo que le importaba más era hablar con Timon, el regente de la ciudad.

Las ruinas y la playa.

Una emboscada de zombis y esqueletos arqueros le indica que está en la dirección correcta, B no tarda mucho en encontrar las ruinas. Encuentra lo que en algún tiempo debió ser un templo, tal vez de Zeus, dado que entre los escombros puede percibir un rayo tallado. Aquí un liche que utiliza magia de hielo plantea un reto interesante para B, la táctica de los muertos vivientes es simple: proteger a su líder de los trozos de hielo de B mientras los propios trozos que él lanza intentan aniquilarla. Ella logra escapar de dicho predicamento con sólo algunos rasguños.

Sigue un camino que se encuentra delimitado por una montaña, a su izquierda, y el mar a su derecha; este lleva a la entrada de las ruinas que fueron hechas en la montaña misma. Las columnas parecen sólidas y se aventura dentro del lugar. Desde que entra puede sentir la fuerza y la magia que hay en el lugar, unas antorchas evidentemente mágicas iluminan las ruinas, la entrada se encuentra desierta, en las primearas cámaras encuentra los ya habituales esqueletos con arco. Pero algo la inquieta, algo se mueve entre las sombras, puede sentirlo aunque no verlo, en instantes tiene amenaza nueva encima de ella, un rápido movimiento de su bastón logra desviar el golpe que iba dirigido a su cuello, luego el esqueleto es destruido por un trozo de hielo. Este nuevo adversario usa las tácticas de los ladrones, ni siquiera se atreve a tomar la daga que yace casi a sus pies, claramente tiene veneno y no solo en el metal.

Los esqueletos no representan problemas para la destreza de B con la magia de hielo. Ella se confía a tal punto que abre un par de sarcófagos y activa una trampa oculta en uno de ellos. Para su fortuna los dioses no la han abandonado, como parece ser ha ocurrido en todo Atenas con esta plaga de monstruos, la trampa era de hielo una nube de hielo que B absorbe sin dificultad. Las ruinas dejan resultan ser una desilusión no sólo por la sencillez de los encuentros sino porque no hay objetos tan valiosos para la lucha ni para el comercio.

B pasa la noche en las ruinas practicando sus poderes de tierra y fuego, aún no se encuentra convencida de poder manejarlos debidamente. Sale de las runas cuando el sol se pone en el horizonte, encuentra un par de esqueletos en el bosque, luego se enfrenta a una patrulla de sátiros comandados por un centauro, esto le viene de maravilla ya que traen comida y ella tiene mucha hambre. Ya no quiere seguir comiendo sólo pan y carne seca. Se sienta frente al guiso que resulta ser un excelente conejo.

El camino no es sencillo, es un ascenso montañoso y lleno de harpías. Las conoce bien pues es una práctica común entre los stormcaller luchar contra estas, debido a su resistencia a los rayos y a su propia capacidad de producirlos. A pesar de esto el encuentro no es sencillo ni grato para B, una de las harpías logra asestar uno de sus rayos en su costado derecho, siente el dolor en todo su cuerpo y sólo una gran fuerza de voluntad la mantiene consciente. Mata a las dos harpías restantes y tirada en el suelo sin moverse se queda dormida.

Despierta con un sonido que no ha oído en mucho tiempo ahora, el canto de unos pájaros. Esto la anima y se dedica a practicar con el bastón de su padre. Sin embargo sigue siendo demasiado poderoso para ella no puede conseguir nada con él. Se lo coloca en la espalda y toma el suyo, tantos recuerdos que tiene con este bastón le resulta difícil pensar en dejarlo; pero entiende que si las cosas empeoran su bastón no le servirá de nada y tal vez tampoco el de su padre.

El ascenso termina, ahora todo es cuesta abajo hasta la playa de Megara. Ya puede escuchar el mar, las olas chocando contra la roca; pero antes de poder sentir la arena bajo sus pies un campamento sátiro le corta el camino. Aunque no será por mucho tiempo.