jueves, 5 de marzo de 2020

Arkham Horror LCG: El camino a Carcosa


El camino a carcosa







Espíritus africanos.

Hace un año que visité Nigeria, fue muy difícil convencer al gobierno del país africano que nos dejaran ayudarles en la protección de sus antigüedades y reliquias, las cuales seguían siendo saqueadas y vendidas en el mercado negro. Aunque la mayoría se encontraba en manos de alemanes o algún coleccionista sin escrúpulos.






Los primeros días fueron un infierno: varios integrantes de la expedición contrajimos una enfermedad, la cual cobró la vida de algunos de mis mas queridos colegas y amigos. Me encontraba devastada y me sentía sola.

Fue cuando por primera ocasión sentí el poder de ciertos objetos que había recuperado: en una bola de cristal podía observar imágenes, formas y una extraña creatura; pude reconocer que eran parte de mis sueños y alucinaciones que experimenté durante la enfermedad.




Mi mente analítica estaba convencida que la experiencia no era real, sino parte del virus que me infectó; incluso cuando, días después de estar recuperada, algunas de las otras reliquias seguían teniendo “comportamientos extraños”; fue hasta que llegamos a la villa de Dibia y conocí a la gran shaman Akachi Onyele y los espíritus de sus ancestros, literalmente, que empecé a entender el poder que ciertas antigüedades tienen.
Formé un lazo con Akachi logrando recuperar más de estos objetos de poder, ella tiene algunos meses en Estados Unidos y esta convencida de que algo raro esta sucediendo o va a suceder en Arkham, basada en las advertencias de sus espíritus ancestrales, específicamente en el teatro de la ciudad que presenta: El Rey en Amarillo. Bastante burdo el título, para mi gusto, no veo como una obra de teatro puede ser importante para unos antiguos espíritus africanos; sin embargo, tenemos boletos para la función de hoy por la noche.





NOTA:
Al escribir el nombre de la obra en el diario pude notar como unos símbolos se empezaron a escribir por si mismos en las últimas páginas. Tengo que descifrar su significado.

Ya nada me sorprende.
En voz alta, me digo a mi misma, mientras observo un viejo espejo de mano:
“Ursula; conserva la calma”
Momentos después escucho, en mi mente, una melodía que me tranquiliza.